ZAMBRA. ESPAÑA.  Conchita Márquez Piquer:  “No me quieras tanto”.

En la década de 1940, Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga (compositores que compartieron la autoría de muchas canciones del género de la copla y más conocidos como Quintero, León y Quiroga) compusieron para Gracia de Triana la copla <<No me quieras tanto>>, que la cantante grabó en 1944. Como es lo habitual en este género, la canción ha sido interpretada por muchas cantantes. Así, fue popularizada por Concha Piquer, en una versión, en opinión de quien esto escribe, superior a la original. Una versión a su vez mejorada, en la misma opinión y con todos los respetos a su señora madre, por la hija de Concha Piquer: Concha Márquez Piquer, que en la foto sobre estas líneas aparece durante la entrevista que le hizo Lauren Postigo en el desaparecido tablao madrileño El Corral de La Pacheca en 1978, una actuación de la artista que fue televisada en el programa <<Cantares>>. Esta última interpretación, la de Concha o Conchita Márquez Piquer (a las dos, madre he hija, se las llama indistintamente Concha y Conchita) es la que se ofrece aquí a continuación. En el canal de Youtube de donde se toma, Juradistadecorazon, hay un comentario, el de Alonso González, que dice así: <<Buena versión la de la hija, mejor que la de la madre. Y no hay que olvidar la de Gracia de Triana>>. Bueno, sobre gustos no hay nada escrito, y en cualquier caso todas ellas son grandes cantantes y todas están a la altura de una preciosa copla, de cuya letra se da la transcripción bajo el vídeo.

ESPAÑA.  Conchita Márquez Piquer:  “No me quieras tanto”  (1944).

LETRA DE LA CANCIÓN (sobre el vocabulario hay algunas notas abajo):

Yo tenía veinte años y él me doblaba la edá*. En mis sienes había noche y en las suyas madrugá*. Antes [de] que yo lo pensara, mi gusto estaba cumplío*: ná* me fartaba* con él. Me quería con locura, con tos* sus cinco sentíos*. Yo me dejaba querer. Amor me pedía como un pordiosero, y yo le clavaba, sin ver que sufría, cuchillos de acero.
Ay. No me quieras tanto ni sufras por mí. No vale la pena que por mi cariño te pongas así. Yo no sé quererte lo mismo que tú [me quieres a mí] ni pasar la vida pendiente y esclava de esa esclavitú*. No te pongas triste; sécate ese llanto; hay que estar alegre. Mírame y aprende. Ay. No me quieras tanto.

Con los años y la vía* ha cambiado mi queré* y ahora busco de sus labios lo que entonces desprecié. Cegaíta* de cariño, yo le ruego que me ampare, que me tenga cariá*. Se lo pido de rodillas, por la gloria de su mare*; y no me sirve de ná*. Como una mendiga estoy a su puerta. Y con mis palabras mi pena castiga dejándome muerta.
Ay. No me quieras tanto ni llores por mí. No vale la pena que por mi cariño te pongas así. Yo no sé quererte lo mismo que tú [me quieres a mí] ni pasar la vida pendiente y esclava de esta esclavitú*. No te pongas triste; sécate ese llanto; hay que estar alegre. Mírame y aprende. No me quieras tanto.

De tó* lo del mundo sería capaz con tal [de] que el cariño que tú me tuviste volviera a empezar. Por lo que más quieras: sécame este llanto. Maldigo la hora en que yo te dije: ¡no me quieras tanto!

[Notas (*): cariá = caridad; cegaíta = cegadita (diminutivo de cegada); cumplío = cumplido; edá = edad; esclavitú = esclavitud; fartaba = faltaba; madrugá = madrugada; mare = madre; ná = nada; queré = querer; sentíos = sentidos; tós = todos; vía = vida].

La señora madre de Conchita Márquez Piquer:

COPLA. ESPAÑA.  Concha Piquer:  «La niña de Puerta Oscura».