MERENGUE. VENEZUELA. Los Melódicos: «Mi corazón».

La gran orquesta venezolana Los Melódicos, con su quinteto de cantantes al frente, publicó en el año 1992 un disco con la canción <<Mi corazón>> en la cara A y la canción <<Suavecito>> en la cara B. La orquesta, sucesora de otra anterior (la Billo’s Happy Boys) a la que tomó el relevo en 1958, siempre había tenido cantante femenina, y tenía en esta fecha de 1992 como cantante y figura estelar a Neida Lisbeth Freitez, más conocida como Liz (la que posa vestida de rojo en la foto superior, que es la misma que canta en el vídeo de abajo). Y si, según dicen, la mejor época de esta agrupación musical fue la de los años sesenta y setenta (¡no podía ser de otra forma!), la verdad es que, a juzgar por lo que se ve en la actuación de este vídeo, cuesta creerse que realmente así fuera. La actuación es impecable en todos los sentidos y es una pena que la calidad de la imagen sea tan mala, pero el sonido es bueno y permite disfrutar, o gozar que diría un venezolano, de este exitoso tecnomerengue al que aquí se llamará simplemente merengue.

VENEZUELA.  Los Melódicos:  «Mi corazón»  (1992)

LETRA DE LA CANCIÓN:

Mi corazón, nene; mi corazón, nene; mi corazón te amó con gran pasión.

Tu corazón, nena; tu corazón, nena; tu corazón fue sólo una ilusión.

Amarte fue mi error; amarte fue mi error; amarte fue mi amargo y triste error.

Saciar tu sed de amor; saciar tu sed de amor; saciar tu sed sólo te dio dolor.

A nadie más yo le entregué mi corazón así jamás. Sólo he sentido en mi cuerpo esta pasión por ti. Mi corazón; nene, mi corazón; nene, mi corazón buscó tu inspiración.

Tu corazón, nena; tu corazón, nena; tu corazón me dio hasta la razón.

Ay corazón, corazón.

A nadie más yo le entregué mi corazón así jamás. Sólo he sentido en mi cuerpo esta pasión por ti. Ay, ay, ay. Sí: suave, suave.

Dulce, nene; dulce.

Corazón.

A nadie más yo le entregué mi corazón así jamás. Sólo he sentido en mi cuerpo esta pasión por ti. Mi corazón, nene; mi corazón, nene; mi corazón te amó con gran pasión.

Tu corazón, nena; tu corazón, nena; tu corazón fue sólo una ilusión.

Una ilusión es algo pasajero, que como llega, se va: sin dejar huella. Pero lo que yo siento por ti, lo que hay en mi corazón, es algo que nunca, nunca, morirá.